El domingo, todos muy cansados del viaje del viaje del día anterior dormimos hasta tarde, por ser día de descanso.
Las primeras horas del día, salimos en grupos e hicimos planes bastante diferentes.
Unos, las pasaron en el Prato della Valle, sus partners italianos pasearon a sus mascotas, mientras que el resto, intentaban aprender mejor el idioma del país al que acababan de llegar. Pasearon por el mercado, mirando todos los puestos para comprar algún recuerdo para los amigos que quedaron en España, porque no participaron en el programa.
Otros, hicieron un picnic en el Monte della Madonna, también tomando el sol, jugando a la pelota, escuchando a Elías tocar la guitarra y disfrutando de un buen ambiente.
Los demás, comieron con sus respectivas familias, probando pasta, pizza y demás comidas italianas, por lo que hemos probado: ¡RIQUÍSIMAS!
Por la tarde, se unió más gente al picnic, todos teníamos puestas nuestras gafas de sol, buscando palos y haciendo un amago de tienda de campaña. Aprovechando, Rosario y Sara, jugaron con las ramas a modo de espadas.
Algunos, fueron al cine, cogieron el tranvía, nos extrañó que alguna gente aquí no paga el tranvía. La entrada del cine costó 7 euros, practicamente como en España. Las palomitas, mucho más caras aquí, fueron devoradas con el mismo placer con el que lo serían en cualquier sitio.
Se dieron cuenta de que los cines, son mucho más pequeños, y con menos aforo.
Vieron Kick-Ass, a todos les pareció una gran película, sin casi ningún problema para la comprensión y se dieron cuenta de que en Italia las películas salen mucho más tarde que en España, ya que la película que vieron, una de las personas que iban en el grupo, ya la había visto.
A la hora de la cena, la mayoría cenaron en casa ya que estaban cansados por el ajetreado día, justo el siguiente a la llegada y otros en cambio, fueron a cenar fuera, en el centro, probando más platos típicos del nuevo país.
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