¡La madrugada! Esta mañana nosotros, los italianos, con nuestros partners españoles nos hemos levantado a las seis. A las 7 hemos cogido el bus cerca del instituto para ir al puerto de La Coruña, a la Lonja, para asistir a la subasta del pescado. El pabellón era muy grande con gran variedad de pescado; los vendedores estaban rodeados por mucha gente, probables compradores, y gritaban para vender el pescado. Olía mucho a pescado por todo el pabellón: algunos de nosotros estaban un poco fastidiados, otros, en cambio, ya se imaginaban en un restaurante saboreando el magnífico ejemplar. Hemos aprendido muchas cosas, por ejemplo, la diferencia entre el pescado de altura y de costa, su conservación en los buques, y los nombres en español de algunos peces.
Antes de volver al instituto, el profesor Colmenero nos ofreció el típico desayuno español: chocolate caliente con churros, riquísimos!
A las 9:20 ya estábamos en el aula de informática donde la profesora Dña. Luisa Rodríguez Torres había preparado algunos juegos y rompecabezas sobre la leyenda de Hércules, lástima que Internet no funcionaba muy bien y el programa era muy lento. Pero nos hemos enterado de algo y a las 11 hemos ido a la Torre de Hércules. La profesora Dña. Concepción García Rivero había preparado una especie de ‘caccia al tesoro’ (yincana cultural) con algunos alumnos españoles: en cada parada nuestros amigos nos explicaban algo de la ciudad, de Hércules y del gigante Bregan.
La Torre se sitúa en un lugar mágico, rico en leyendas y probablemente por eso es uno de los lugares más frecuentados de A Coruña. La Torre de Hércules ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y es el símbolo de la ciudad. Además es el único faro romano del mundo en funcionamiento. Desgraciadamente ahora no se puede visitar, pero solo pasear a su alrededor y admirar el impresionante parque escultórico es algo que no se puede simplemente describir, hay que vivirlo para respirar el espíritu ancestral y mágico que tiene este lugar.
Cerca de la torre está la Casa de los Peces, el "Aquarium Finisterrae" en donde hemos visto algunos de los típicos peces de la costa atlántica, como el tiburón o el rape. Ha sido muy relajante quedarse un ratito para observar como nadaban. Interesante era también la exposición de fotografías sobre la expedición científica a Galicia del Príncipe Alberto I de Mónaco: las fotos con los pescadores de la costa gallega eran las más preciosas.
Antes de regresar cada uno a su casa española hemos quedado para salir juntos por la noche.
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